Sebastián Cabral, el hombre que quiere cambiar la historia de Villa Quillinzo

El jefe comunal de Villa Quillinzo, realiza un balance del primer año de gestión al frente de la comuna. Espera que se concrete el pavimento a La Cruz, que les “cambiará la historia”. El sábado, organizan la segunda edición del “Festival del Río Mágico”.

Sebastián Cabral, en un evento en Villa Rumipal.

Hacía apenas cinco años que Sebastián Cabral vivía en Villa Quillinzo, hermosa comuna del sur de Calamuchita, cuando fue por primera vez candidato a jefe comunal. Y habían pasado nueve cuando finalmente fue elegido por los vecinos. El hombre, oriundo de Isidro Casanova, y que tenía una empresa de transporte, nunca se hubiera imaginado que se zambulliría de lleno a la arena política. Y que la actividad lo apasionaría.

Solo conocía Córdoba de paso, cuando viajaba desde la provincia de Buenos Aires a Tucumán, a visitar a sus amigos. Y un día, buscando radicarse en un pueblo, compró unos lotes en Villa Quillinzo, que estaban a buen precio. La compra fue casi a ciegas, como única premisa, debían estar cerca de agua, y el cauce cercano, era el mágico río Quillinzo. Construyó una casa y en 2014 se mudó con su familia y abrieron una ferretería.

Y se enamoró del lugar. Y sin planearlo, se involucró de lleno con la vida institucional, confirmando que, para cambiar las cosas, no alcanzan las charlas de café. 

“No tenía la idea de involucrarme en política, pero los manejos de la gestión de gobierno eran obscenos, un desastre, una falta de respeto al público. Se dedicaron a robarle al pueblo, y sentimos mucha presión, persecuciones y decidí involucrarme. En 2019 no ganamos y en la elección pasada, ya estábamos más preparados y la gente estaba harta de lo que había. Y yo descubrí una pasión”, relata.

Y se topó con una administración endeudada y quebrada, sin maquinarias ni vehículos, con escasa infraestructura. Asegura que va detrás de un “cambio cultural, y quitar el estigma de que el político solo le interesa robar”.

Tampoco había gestión de recursos y la coparticipación provincial, apenas si alcanza para la factura de luz: reciben 6 millones mensuales. “Si no había otros recursos, es porque no se los buscó”, dispara. Asegura que abrió varias puertas para gestionar. Cuenta que, en este camino nuevo, el apoyo del legislador Mauricio Jaimes, le ayudó a que en el ambiente lo comenzaran a conocer.

Cuenta que crearon una mesa de comunas con Villa Cañada del Sauce y el resto de comunas de Calamuchita, para gestonar, en bloque, una mejora en el reparto de fondos coparticipables. “la Provincia entienda que no puede vivir con 7 millones de pesos”.

Cuando asumió, los sueldos de empleados no superaban los 120 mil pesos y los incrementó hasta 300 mil. Detalla que, en verano, tienen oportunidad de sumar más horas de trabajo. Adquirió, algo que no era común, ropa e uniformes de trabajo. Y anticipa que invertirá en capacitación para el personal de las distintas áreas.

“Quillinzo era un polvorín, habían sembrado odio, vivía siendo noticias por cosas malas, este año la gente entendió que tenemos que vivir como gente normal, civilizada. Este es un gobierno que trabaja para todo el mundo”, agrega.

Al hombre que le atraen las estadísticas, dijo que, en este año de gestión, logró que 90 por ciento la gente que no era afín a su propuesta, “respetara la gestión y dejara trabajar”.

“Intento transmitir una idea, el resto es trabajo, si se entiende la idea vamos a andar bien, sino ni me interesa quedarme”, precisa Cabral.

Deuda heredada

La mayor deuda que afronta la gestión Cabral, es con el Gobierno Nacional y asciende a 122 millones de pesos. Contó que la deuda se consolidó por los recursos que recibió la anterior administración para obras que nunca se materializaron. La deuda está judicializada.

La localidad tiene unos 500 habitantes estables, diez veces más los fines de semana de pleno enero. “Tenemos un potencial increíble, pero con mentalidad de pobre, llevaron al caos, la gente no participa”, acota. También encontraron una deuda de 26 millones con la cooperativa eléctrica.

Lograron -asegura- ponerse al día con el gobierno provincial y cancelar los compromisos. Pese a las dificultades por el contexto, contó que apenas recibieron de la gestión Llaryora siete millones de pesos en concepto de ATP. La provincia “ha puesto el ojo en nuestra gestión, en un año logramos regularizar y poner al día las rendiciones provinciales”, destaca.

En este tiempo, construyeron nuevas oficinas para la comuna (que no tenía ni baños), refaccionaron la escuela, pusieron en funcionamiento los tractores, compraron dos camiones, una pala mecánica, un Renault Duster, iluminaron la plaza y mejoraron la infraestructura en torno al río. En el área Salud, el jefe comunal cuenta que por primera vez en la historia, se sumaron algunas especialidades. En el dispensario cuentan atención de ginecología, cardiología, odontología, medicina clínica, psicología y asistente social. Cabral asegura que la apertura de un Punto Mujer ayudó a frenar los casos de violencia de género.

La educación, la clave

El jefe comunal apuntala su proyecto en potenciar la educación formal y no formal, una idea “más amplia que la escuela”, que también debe alcanzar a los comerciantes y vecinos buscando una formación para mejorar la calidad de vida de ellos y el perfil turístico. Se trata de un pueblo con un atraso importante en la materia. Como ejemplo, cita que apenas siete jóvenes pudieron concretar el nivel secundario y una sola joven está a punto de alcanzar un título universitario. 

También subraya la necesidad de generar orden en distintos ámbitos: ruidos molestos, estacionamiento, consumo de alcohol, impulsar un código de urbanización y sumar infraestructura, mejorar el alumbrado público.  

Turismo

Cabral contrató a una persona especialista y con experiencia para llevar adelante la cartera de turismo: Soledad Carreras, quien se desempeñó en la dirección de Turismo de Almafuerte. “Instaló el concepto de destino, creamos manual de marca y llevamos a Quillinzo esta cuestión de lo natural y necesitamos educar al pueblo para que entienda que vivimos del turismo”, destaca.

Está a punto de celebrar, el sábado 1° de febrero, el segundo “Festival del Río Mágico”, un evento que forma parte de la estrategia de colocar a Villa Quillinzo en el mapa turístico del valle de Calamuchita. Forjar una identidad, es otro de los desafíos que se trazaron.

La localidad cuenta con 700 plazas para dormir y 1500 casas, muchas de veraneo. También tienen un gran número de visitantes diarios, que llegan a pasar el día en el río.

“De una encuesta de dos mil casos, 9 de cada 10 eligen venir por el río”, subraya. Reconoce que aún tienen un déficit en el rubro gastronómico y un plan de desarrollo comercial, para retener a esos turistas que llegan a pasar el día y se van.

A cobrar tasas

Una de las medidas que tomó apenas asumió fue trazar un plan para mejorar la recaudación, que era exigua. “Esto no es un cambio de caras o figuras, la idea de cambio que impulsamos es de raíz, de mentalidad, y uno de los temas que abordamos es cobrar a la gente que tenía casa de fin de semana, que no tributaba, y ahora paga entre 15 a 20 mil pesos mensuales”, detalla.

Entre otras irregularidades que encontraron, advirtieron más de 300 lotes duplicados. Todas las deudas las envió a procuración para que dos estudios de abogados que se encargan de cobrar. En 2024 recaudaron 132 millones en todo concepto.

Otro de las servicios que incorporaron durante este primer año de gesión, fue un transporte público y gratuito que une Quillinzo con La Cruz, en temporada escolar.

En su primer año de gestión, recaudó el 175 de las tasas. De una cantidad de 5900 contribuyentes, pagaron unos 1100.

Si logran un nivel de recaudación similar, les permitirá destinar 35 millones en mantenimiento, 24 en salud y 12 sueldos. La comuna tiene una planificación de obras y tareas para el año. Cuenta que crearon una mesa de comunas con Villa Cañada del Sauce y el resto de comunas de Calamuchita, para gestonar, en bloque, una mejora en el reparto de fondos coparticipables. “la Provincia entienda que no puede vivir con 7 millones de pesos”.

Adquirió, algo que no era común, como ropa e uniformes de trabajo. Anticipa que invertirá en capacitación para personal.

Esperando el pavimento

Se ilusiona con la llegada el pavimento que los una a La Cruz, una obra soñada y esperada desde hace años, que permitiría conectarlos por asfalto al resto del valle.

“Son cinco kilómetros que cambiarán la historia, esta obra nos cambiará la historia, y la gente se la merece, tengo fe que se va a dar”, agrega.

Reconoce ser “el tipo más feliz del mundo con este trabajo” y descubrió una actividad que lo apasiona. Cerrando su primer año como jefe comunal, reconoce que el camino no fue fácil y que avizora grandes desafíos por delante. Pero asegura que valió la pena.

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