Un relato de Lorena Martínez
Estaba en la bruma
Hundida, perdida
Confundí la realidad
Con la imaginación lustrosa
No podía escapar
Por miedo
No podía ya correr
No sabía bien que es lo que era cierto.
Encontré un camino secreto
Me agarró la duda
Sabía que me encontraba en un invento.
Decidí ahondar en ese camino
Tratando de encontrar en mi mente silencio
Tratando de lograr un equilibrio
Tratando de que mi mente calme esos mares eternos.
Las costas que me resguardan
No tienen rocas
Ni calma
Son lugares silenciosos
Donde encuentro mis copias
Donde se junta y se arremolina
Para atacar al agua tranquila
Para lograr la paz prometida.
La bruma comenzó a disiparse
Mi mente logró calmarse
El pozo empezó a elevarse
Y el cuerpo a relajarse.
Dejando detrás los dolores
Los miedos, los sonidos insomnes
La voz que quiere gritar
Cuando no se oye.
Y llega el momento
En el que empiezan
A sentirse los rayos de sol en el cuerpo
Y la bruma comienza a desaparecer
Junto al ruido externo.
Solo soy yo y mis sentidos
Encontrando finalmente el camino
Que me lleva hasta la calma
Donde el alma comienza
El sonido de un canto que no se acaba
De un tiempo donde se aprende
A resurgir de las brasas.
Por suerte, además de actas y ordenanzas, por su trabajo en el Concejo Deliberante de Villa General Belgrano, la Lore Martínez se permite redactar otras cuestiones. Este es el segundo relato que comparte en este espacio y aborda de una forma profundamente bella una de las problemáticas instaladas en primer plano en estos tiempos: la salud mental.
