Río Tercero: Mauro hace magia con la restauración de autos

Esta historia se publicó en el diario La Voz del Interior y se replica en este medio digital por la repercusión que tuvo en distintos puntos del país.

Río Tercero: la magia de Mauro para restaurar autos desde hace 30 años

A su vez es chapista. Pero se declara “fierrero” desde cuna, con la pasión que heredó de su padre.

¿Cómo se hace para que un auto que parece una chatarra, se convierta en uno reluciente y hasta más cotizado que un cero kilómetro?.

Mauro Genesio, nació en Tancacha pero vive desde niño en Río Tercero. Tiene 46 años y hace 31 que se dedica a este rubro, que sin ser nuevo, cada día renueva matices innovadores.

Por caso, las piezas de reparación, las fabrica con sus propias manos, de acuerdo a la demanda del rodado antiguo. Admite que su “pasión por los fierros” la heredó de su padre.

Mientras se apoya como si fuese un objeto preciado, en una camioneta Chevrolet 1965, contó: “La desarmé íntegra, se fue reparando pieza por pieza, luego se pintan. La parte mecánica depende de la camioneta, a veces lo hago acá, otra no; pero chapa y pintura está a mi cargo”, sumó.

Luego, mencionó que continúan las tareas de conseguir los neumáticos originales y otras piezas.

Un dato familiar pasó a ser muy importante para Mauro. Cuenta que viene de una familia “fierrera”, amante de los autos. “Por eso cada vez que viene mi mamá y mi abuela, se sacan unas fotos con los autos que estoy restaurando”, describió orgulloso, a la vez que aporta que uno de sus dos hijos, el padre y su hermano, también suelen ayudarle en estas tareas.

“Como no me dedico de lleno a la restauración (porque también tiene un taller de chapa y pintura), la restauración de un vehículo antiguo me demanda un año o un año y medio”, aportó. Pero la recuperación de estos rodados, varios de ellos clásicos, quedan tan impecables como valuados como si se tratara de una joya valiosa.

Para Mauro, restaurar vehículos es “una pasión”. Destacó que le gustan “mucho los vehículos”. Explicó que arreglar un auto moderno termina siendo más sencillo y hasta rápido, porque se cambian las piezas que ya están fabricadas; en cambio restaurar un antiguo “se hace un vínculo con el cliente”.

Experiencia

Un empresario muy reconocido en Río Tercero (que Mauro pidió preservar su nombre) adquirió varios vehículos en el exterior. “Una vez le restauré un auto inglés, un MG, modelo ’50. Con ese auto hicimos “Las mil millas” a Bariloche (reconocida competencia de autos antiguos), él me invitó. Ese es un auto de serie, para llevarlo a ese lugar tiene que estar todo homologado, te lo revisan desde la Federación Argentina de Automóvil y si está todo bien, lo dejan ingresar a la competencia. Es una carrera de regularidad de autos antiguos”.

Con ese mismo empresario, también se sumó a otra travesía a bordo de un Ford Baquet, que los transportó desde Río Tercero hacia Buenos Aires.

También con ese mismo piloto viajó a Caracas (Venezuela). En ese caso hizo una restauración íntregra de un vehículo antiguo, con neumáticos nuevos y mecánica que permitió que recorrieran miles de kilómetros a bordo de un auto antiguo.

“En Río Tercero hay muchos aficionados a los autos antiguos y hay que tener un buen poder adquisitivo”, deslizó.

Hay gente que tiene varios, sin poder mencionarlos para cuidar al cliente.

Sólo para dar un ejemplo aportó que restaurar uno de un modelo ‘76 ronda los 15 mil dólares. Todo depende de cómo este el vehículo y qué pide el cliente. En su caso restaura dos autos por año aproximadamente.

Su trabajo artesano también le permitió restaurar motos antiguas. Pero aclara con son “dos mercados distintos”. A su vez, hay quienes -contó- busca réplicas de auto o moto para disfrutarlo solo o en familia.

Mauro, a su vez, subrayó que “a la hora de pintarlos, en los rodados nuevos viene un código que no es difícil adaptarlo; en cambio en el antiguo depende de obtener el color que elija el dueño”.

Por caso, recordó que por estos días está restaurando un Torino, cuyo color original “ya no viene más porque es un sistema acrílico”. Entonces detalló que “ahora hay que reformularlo para hacerlo en una calidad superior”.

Mauro, de Río Tercero, tres décadas restaurando autos en distintos puntos del país

Mencionó que “lo más laborioso es lo relacionado a la chapa, hay varias formas de repararlo, sino se busca y se vuelve buscar la manera hasta conseguir la pieza lo más buena posible, en el país o en el exterior, como en Estados Unidos”.

Distinto es el panorama -acotó- con el Torino, “porque se fabricó en Córdoba, por eso se consigue usado o nuevo”.

Uno de los vehículos que más le costó restaurar en estas tres décadas, fue el Torino: “Porque la parte de atrás estaba oxidada”.

Con ahínco, al hablar de los vehículos antiguos reconoce que le gusta “restaurar cualquier tipo (de rodados)”.

En ese punto, recuerda que en el ingreso del museo ubicado en Termas de Río Hondo (Santiago del Estero) se ubica una maqueta Ford A: “Que la hice, es bueno saber que se sacan fotos con el auto que uno hizo”, profundiza.

Mauro es conocido por sus numerosas restauraciones de autos y motos que hizo a clientes que viven en Río Tercero y en distintos puntos del país. A juzgar de quienes conocen del rubro, Mauro “en un artesano de la chapa”.

Dejá un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio