Después de 20 años, Gustavo Gantus le pasa la posta a su hermano

“-Nene, ¿no queres que nos metamos en política?”. Olga Foco, enfermera del dispensario, de extracción política radical, le tiró la frase al médico Gustavo Gantus, de poco más de 30 años en ese momento. El joven profesional, oriundo de Tancacha, nunca había militado en política. Y Olga, con su experimentado ojo clínico, le vio potencial.

En las elecciones siguientes, enfrentó la estructura del oficialismo, apoyado en el fuerte delasotismo de esos años. En ese contexto, ganó su primera elección. En los comicios siguientes, el oficialismo lo buscó como candidato.

Así trascurrieron cinco elecciones consecutivas: en dos ocasiones sin contrincante y en una se impuso con más del 80 por ciento de los votos, marcando un récord provincial.

 El recuerdo de Olga y de sus inicios en la política dos décadas atrás, surgen en una amena charla, a dos días de entregar el mando a su hermano Julio.

Con un extremo perfil bajo, Gustavo Gantus (53) tiene otra característica que lo hace diferente: nunca dejó su profesión de médico. En la actualidad atiende a más de 900 pacientes del Pami. “Más que un médico, muchas veces necesitan que uno los escuche”, desliza.

Logró conjugar su labor política con su rol de médico. Por sus tiempos, siempre ajustados, costó concretar la charla telefónica, que después de varios días, recién se logró el viernes feriado, antes de ir a visitar unos pacientes.

Subraya en estas dos décadas, el apoyo incondicional de su familia. Alejandra, compañera de toda la vida, y sus hijas Nayla y Yazmin y su hijo Haziel.

La familia, apoyo fundamental para el intendente.

Lo que se viene

El actual intendente de Villa Rumipal anticipó que no dejará la política, ni la medicina. Seguirá en la gestión pública que encabezará su hermano, ahora como secretario de Gobierno y con otras tareas: se ocupará de las áreas de Salud, Acción Social y Obras públicas. Disfrutará de salir a la calle. Por su despacho, cada mañana, atendía a cada vecino o vecina que necesitaba plantear alguna inquietud.

En estos veinte años, su gestión realizó muchas obras en Villa Rumipal. Una de las más emblemáticas, apenas asumió, fue finalizar la Terminal de Ómnibus. Amplió el dispensario principal, que tiene atención las 24 horas y sumó tres más. Construyeron 9.500 metros lineales de cordón cuneta, más de 32 mil metros cuadrados de adoquinado, avanzó en la reforestación urbana y en la instalación de luces led en las principales arterias. Realizaron mejoras y ampliación en las escuelas y en el club local.

“No cambié en nada, la gente me sigue viendo igual que cuando comencé”, asegura. Quizás es lo que explica que la gente lo haya elegido una y otra vez.

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