A los 47, la leyenda española del ultratrail Miguel Heras, hizo historia en Calamuchita

Miguel Heras (47), la leyenda española de ultratrail, lo hizo de nuevo: ganó los 125k de la prueba disputada el fin de semana en el valle de Calamuchita, con base en Villa General Belgrano.
Desde 2023, la competencia internacional UTMB (Ultra Trail Mont Blanc) sumó dos carreras a su calendario e hizo pie, por primera vez, en Sudamérica: en Argentina, se incorporó la Valhöll que se realizó en Villa General Belgrano, y en Brasil, la carrera Paraty, programada para septiembre.
La competencia cordobesa, que tuvo a las imponentes sierras Grandes como escenario principal, sumó 3 mil competidores de 30 países en las distintas distancias, incluidos los mejores de cada especialidad.
El español, recorrió en poco menos de 15 horas el exigente trazado, que tocó los puntos más altos del territorio provincial, como los cerros Champaquí y Negro. La largada a las 5 de la madrugada del viernes fue en La Cumbrecita, el pueblo peatonal y el arco de llegada se encontraba en el centro de la localidad cervecera.
Heras, oriundo de Béjar (Salamanca), obtuvo lo que vino a buscar: el pasaporte para el Ultra Trail de Mont Blanc, principal carrera del calendario en Chamonix, Francia.


PALABRAS DEL CAMPEÓN


“Fue una carrera bastante exigente, pensaba a priori que podía ser un poco más sencilla, por el perfil, pero luego vi durante el recorrido que se iba a complicar, en un terreno duro y bastante técnico; y la zona más ‘rapidita’ no fue tan rápida como pensaba y se han ido acumulando horas y el calor también apretó bastante”, comentó ya en la noche del sábado, minutos antes de disfrutar de un asado con amigos, en sus últimas horas en Argentina.
“La verdad había una vista preciosa, fue con lo que me quede, con ese amanecer”, disparó.
Menos de 15 horas para 125 kilómetros. Ese tiempo empleó Heras en la UTMB Villa General Belgrano. (La Voz)
La posibilidad de conseguir una plaza para la UMTB en Francia fue el “hándicap” que lo impulsó a sumarse al debut cordobés en este calendario mundial.
“Tengo 47 años, pero hoy en día no es un inconveniente, menos para este tipo de deportes, quizás los años y la experiencia ayuden más que otros factores”, evocó en palabras lo que evidentemente los hechos habían certificado.
En tiempos tecnológicos, el experimentado deportista recomendó escuchar más a los sensores corporales que a los datos que pueda reflejar un chip. “Claro que ayudan la información, relojes, GPS, datos de entrenamiento y demás, pero en la ultradistancia quizás entran otros factores que van a estar siempre, toda la vida, que no es tanto la tecnología”.
Miguel Heras, un referente del ultratrail, que se sorprendió con la dureza del trazado en Córdoba. (La Voz)
En esta línea, subrayó la importancia de prestar atención a otras cuestiones: “Gestionar qué poder comer o qué poder beber, es saber escucharse, saber ir leyendo tu cuerpo, saber gestionar todos esos datos que nos van entrando pero que a veces nos los tapan las tecnologías, porque queremos mirar en un reloj el consumo calórico y no son todos los días iguales, unos días necesitas comer más y otros menos, y para eso están los sensores que están en nuestro cuerpo y no necesitamos tecnología para escucharlos”, disparó.
Protagonista desde hace más de 15 años de esta disciplina, reconoce el crecimiento “exponencial” de la actividad en los últimos años, en sintonía con la pandemia. “Cada vez hay más mentalidad en la población mundial de que el deporte es casi básico para la vida”, agregó.


EL DISFRUTE Y EL DEPORTE EN LA SANGRE


El español sostuvo que, en esta, como en cualquier otra actividad deportiva, laboral o académica, lo más importante es poder “disfrutar”, único camino para “conseguir algo”.
Miguel integra una familia con destacados deportistas, su hermano Roberto, ciclista, ganó cuatro Vueltas de España y luego se sumó al trail. Sin desconocer la incidencia de la carga genética, sostuvo que hay otros factores más determinantes.
“Tengo un hermano mayor que es ciclista profesional y el menor también está haciendo sus ´pinitos’, me imagino que la genética que nos pasaron nuestros padres y a mis padres los suyos, algo tiene que ver, si no, no tiene explicación. Pero aparte de la genética hay más cosas, como fuerza de voluntad y trabajo”, apuntó.
“Como dice otro argentino, vamos partido a partido”, cerró sobre las proyecciones sobre su futuro y utilizando una frase futbolística. Lo concreto es que, de Villa General Belgrano, se lleva el pase a la UTMB en Francia, que se disputará en agosto.
VERONICA RAMIREZ “VOLO” EN LA VALHOLL DE CALAMUCHITA
La atleta chubutense Verónica Ramírez corre desde los 9 años y ahora, a los 46, sueña con pisar la carrera más emblemática del ultra trail: la competencia que da origen a este circuito, la Ultra Trail del Mont Blanc, en Chamonix, Francia. Y logró el pasaporte luego de las 21 horas y 20 minutos que le llevó desandar los 125k en Villa General Belgrano.
Salió de noche, a las 5 de la mañana y regresó pasadas las 2, de la madrugada siguiente, también de noche.
“Fue fabuloso por los lugares que anduvimos, no conocía mucho, me encantó la carrera, un circuito muy exigente, había que llegar muy preparada”, señaló.
Admitió que las especulaciones previas de completar el recorrido en menos tiempo se desvanecieron con la dificultad del circuito. El primer objetivo que se había planteado era cruzar la meta. Pero no era un dato menor hacer podio: las tres primeras clasificaban para la prueba en Francia. “Este pase es un sueño que uno quiere cumplir”, repite. Imagina poder cerrar un ciclo allí.
Dice que sólo dejó de correr durante sus tres embarazos. “Siempre en los últimos kilómetros pienso en mis hijos, y eso me llena de emoción, esta vez, mi pareja pudo estar y ayudarme en los puestos, y eso lo disfruté mucho”, confiesa.
Esta deportista patagónica observó también y celebró el crecimiento de la mujer en este deporte y el trato de igualdad, que no ocurría años atrás.
Verónica es profesora de Educación Física y trabaja en doble turno en un colegio de Esquel, su ciudad natal, y, además, entrena a un grupo de corredores. En su rutina diaria logra hacer tiempo para su entrenamiento, motivada por su gran pasión. Por cuestiones económicas hace muchos años resignó su participación en las competencias mundiales, a las que clasificaba por su rendimiento, pero no podía acceder por falta de recursos.
“La Pitu”, que agiganta su metro cuarenta y siete en cada carrera, espera poder correr en los Alpes. Y se lo merece.

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