Diario de viaje en motorhome: esquivando peajes en Francia

Por Vero Taglio

Cuánto entusiasmo que tenemos mis amigas y yo: vamos a recorrer algunos países de Europa en motorhome, caravana o caravan, como le llaman en España.

La Vero al volante: manejó unos 6 mil km.

¡Qué lindo!, decía antes de viajar. Estaremos tomando un vino a la orilla de un lago en Suiza y frente a los Alpes, que lindo viajar en caravana con mis amigas. ¡Qué linda es la caravana que todavía no vi! Que grande me la imagino… ¡pero que linda experiencia! Qué lindo el grupo de amigas, se las presento:

  • Las “hermanas Aguirre”, más conocidas por esta frase en El Ceibo (un boliche que funcionaba hace muchos años en Santa Rosa de Calamuchita): “Ennn (un) saludo para las hermanas Aguirre que están en la barra”. Ellas son Adriana Aguirre (Amar o morir) y la Negra Aguirre.
  • la Chola Laura
  • y quien les habla, la Chola Vero
Chola Laura, Chola Vero y las hermanas Aguirre, cuatro amigas en motorhome

Día 1

¡Qué lindo es tener ya la caravana! Que grande se ve por fuera y que chiquita es por dentro para cuatro personas, pero que felicidad tenemos.

Hicimos las compras en el supermarket en País Vasco, compramos mucha verdura para ensaladas porque queremos comer sano. ¡Qué lindo es comer sano!

Este primer día hicimos solamente 30 kilómetros porque en Europa anochece a las 6 de la tarde, pero, ¡qué linda que es Europa de noche!

Día 2

Iniciamos el recorrido por las autopistas francesas. Que lindos paisajes que tiene Francia. Un poquito elevados los precios de los peajes y que seguidas que están las casillas: cada 50 kilómetros los amables franceses nos esperaban con alguno. Todas las máquinas nos marcaban que la caravana era clase 3 (classe trois) por lo cual en cada parada tocábamos el enorme botón rojo para comunicarnos con la persona de turno y así comenzaban nuestros diálogos pidiendo class two, -we are class two, not class three. Yo afianzando en este caso el inglés y la chola Laura hablando en francés.

En este bello segundo día de caravana las hermanas Aguirre se dieron cuenta que no iban a manejar porque el rodado era muy pero muy grande. Grande de verdad: 3,20 metros de altura y 8 metros de largo, como un camión. ¡Qué lindo manejar sola! Cómo me gusta manejar la caravana.

Día 3

Nuestro presupuesto de Lita de Lázzari no dio para pagar cada 50 kilómetros peajes de 40 euros, entonces decidimos programar el GPS sin autopistas y sin peajes. ¡Que lindos caminos comenzamos a recorrer! Angostos y con muchas curvas, senderos donde pasaba la gran caravana o pasaba el auto de frente: los dos juntos no podían.

Cuántos controles de velocidad. ¡Qué lindo es viajar a 50 kilómetros por hora respetando los radares!. Una afianza bien el paisaje a esa lenta velocidad. ¡Que linda la prudencia de Francia en el límite de velocidad!

Qué cortos se nos hacían los días. ¡Qué lindo cuando oscurecía y teníamos que buscar parking o camping para pasar la noche! Los lugares a donde nos mandaba el GPS no existían o estaban cerrados, pero ¡que lindos que son los campings abiertos en Europa!

Día 4

Esto ocurrió en uno de los tantos peajes de Francia en el que nos hicieron multas. Es que, si no retirábamos el ticket por la infracción, no se levantaba la barrera para pasar y seguir viaje. ¡Qué buena organización que tienen los franceses en Vialidad y que lindo que es sentirse en el primer mundo! Pero también que lindo es hacer la “gran Vero”, poner marcha atrás y regresar en contramano por la autopista mientras los franceses se horrorizan de la gentuza del tercer mundo.

Día 5

Qué lindo que ninguna de tus compañeras de viaje agarre el volante ni para limpiarlo, llevo tres mil kilómetros manejando a 60 km/h, pero qué hermosa la caravana en Europa.

Día 10

La caravana no pasa por ningún lado, es más ancha que la mierda, nos paran en todos lados, los puentes los hacen bajos y no pasamos. Tengo los ojos con derrame de tanto manejar.

El grupo se pone intolerante, algunas ya quieren comer milanesa, otras quieren dormir en un sommier y otra comenta que ya no está para esto, que necesita parar en hoteles, pero ¡que linda la experiencia de la caravana!

Día 12

Al fin dejamos la caravana del ort… que alquilamos. Manejé 5800 kilómetros. Basta de sacar las aguas sucias inmundas de pis, basta de defecar en las estaciones de servicio, de ducharnos en baños públicos, basta de comer ensaladas, basta de convivir cuatro en un espacio de 2×2. Basta, basta… rollito y a la cola con la caravana.

Pero qué lindo es hacer lo que te da la regalada gana y con amigas… todavía recordamos en cada juntada el recorrido por la ´chetura´ de Mónaco, con esas calles angostas y pitucas, con nuestro carromato. O al policía en un patrullero que nos hacía señas de forma desesperada, ante nuestro paso triunfal por la bella Cinque Terre.

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