La dirigente del Pro nació en Jdeide, Líbano, por una contingencia, pero desarrolló toda su vida en la ciudad de Córdoba. Afronta ahora nuevo desafío como interventora de la Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual.
“En Argentina tenemos muchas cosas por valorar y los argentinos deberíamos ser mucho más orgullosos del país que tenemos”, dispara en una amena charla mantenida en su despacho en Buenos Aires Soher El Sukaria, la primera musulmana diputada de la Nación, que juró ante el Corán al asumir su banca en el Congreso en 2019.
Y lo dice desde su conocimiento, como integrante de la comunidad libanesa, cuya mitad de la población ha sido expulsada por la situación de guerra permanente, buscando lugares de “paz y prosperidad”. El Líbano, es uno de los puntos calientes del planeta. Y muchos han encontrado en Argentina la paz y la prosperidad, aunque ahora los lugares con más inmigrantes libaneses son Estados Unidos, Canadá, Australia y Brasil.
Con una superficie que apenas ocupa la mitad de Tucumán, la provincia argentina más pequeña, Soher cuenta, con pesadumbre, que más de la mitad de la población vive fueras de las fronteras de país árabe.
Su familia fue una de las que, huyendo de los conflictos bélicos, emigró a Córdoba en busca de un lugar para vivir en paz. Mucho antes de que Soher naciera, se asentaron en Punilla y luego se trasladaron a la ciudad de Córdoba. No es tan común dice, en el resto del mundo, tener la posibilidad de estudiar en una universidad pública y gratuita.
“Acá no te va a caer una bomba como le pasó a mi abuela en el techo de su casa, no ocurre ese tipo de inseguridades que no se pueden prever. Quizás acá socialmente se pueda trabajar y revertir estos hechos de delincuencia, como que te roben un celular en la calle”, comparó.
Su perfil de X dice que es abogada (estudió en la UNC), Magister en Relaciones Internacionales, interventora de la Defensoría del Público y tía orgullosa de Hakim y Fátima. Y su sueño, expresado allí en pocas palabras, “una Argentina con oportunidades para todos”.
De raíces musulmanas de ambas partes, la rama materna hacía años estaba radicada en Córdoba. Su madre Rosa Sukaria, a los 17, viajó al Líbano en un viaje familiar y allí conoció a su padre. Se casaron, y habían decidido desarrollar su vida en Córdoba. Embarazada de siete meses, a su madre no la dejaron abordar el avión. Por ese motivo Soher nació en El Líbano, sino hubiera nacido en Córdoba. Con pocos días de vida, ya pudieron viajar y reencontrarse con su padre y el resto de la familia. En ese momento, 1975, acababa de desatarse una guerra civil.
“Mi madre es Argentina, mis abuelos ya habían llegado como la gran mayoría de inmigrantes en la década del 30 a Argentina. Se habían instalado primero en Punilla, en Villa Giardino y La Falda y luego se trasladaron a la ciudad capital”, relató. Su vida, estuvo marcada por la religión. “Al tener un padre que fue imán, como un obispo de la religión islámica y fundador del Comipaz que es una institución que trasciende y es muy respetada por el diálogo y la cooperación interreligiosa marcó mi destino de acercarme a los problemas sociales y terminé intentado cambiar desde adentro, desde la participación política, las cosas que veía que había que cambiar”, relata.
Mounif El Sukaria, su padre, fallecido en 2002, fue un reconocido líder religioso en Córdoba.
Soher es una de las fundadoras del Pro Córdoba, la corriente que la contiene y representa. Hace más de una década decidió comenzar a “militar los valores e identidad del Pro y estoy en ese esquema, el día que el Pro decida tomar otra posición en la que no esté de acuerdo, me iré a mi casa”, anticipa.
“Para mí, la religión es una forma de vida, practicarla no es solamente si vas a rezar o no vas a rezar, sino en cada hecho de tu vida diaria, desde que te levantas hasta que te acostas en mi caso como hago política y los valores que tengo intento inculcarlos para que no sea una mala política, sino una referencia positiva para otros jóvenes”, agrega.
La primera diputada musulmana
“Ser la primera musulmana que juró en el Congreso con el Corán marcó un camino, si es positivo va a abrir las puertas para que otros puedan ingresar y seguir entregando lo mejor de nuestros valores a la vida pública, si es negativo, seguramente le cohíbo al resto de la colectividad, a alguien que pueda participar en la vida pública”, reflexiona sobre su responsabilidad ampliada.
Sostuvo que es importante, para que los cambios lleguen, que “las personas de valores y de fe participemos en la vida pública, debemos hacernos cargo que, al país, a la ciudad, al municipio o a la provincia no los van a levantar los mismos de siempre sino participamos los de afuera”, añade. Observa, con preocupación, una baja participación en distintas organizaciones sociales, como clubes de barrio o consejos profesionales.
Nuevo desafío
La exdiputada nacional y actual concejala en Córdoba fue nombrada, recientemente, como interventora del organismo que hasta junio estuvo a cargo de Miriam Lewin. “Mi designación llegó por un acuerdo parlamentario en el Congreso de la Nación entre el Pro y los presidentes de ambas Cámaras, que querían hacer una auditoria sobre todo de los últimos cuatro años de gestión respecto a la actuación de la defensoría”, comenta.
La convocaron Mauricio Macri, presidente del Pro y Cristian Ritondo, presidente del bloque del Pro en la Cámara de Diputados, para consultarle si estaba interesada en afrontar la intervención. La abogada aceptó el rol de interventora para investigar y auditar estos últimos cuatro años.
“No habría Milei sin Macri”
La exdiputada apoya el camino que está desarrollando el gobierno nacional en política económica. Asegura que no hubiera sido posible la presidencia de Javier Milei, si del 2015 a 2019 Mauricio Macri no hubiese sentado algunas bases. “La ciudadanía no tuvo la paciencia que le tiene a este gobierno, por eso, no habría Milei sin Mauricio, aprendimos mucho y nos costó caro, pero hubo un aprendizaje como ciudadanos y como argentinos”, subraya.
“Es una vergüenza muy grande que va más allá de su impericia en la gestión pública, sino que ocasionó un bastardeo al régimen presidencial” con sus consecuencias para los más de 40 millones de argentinos”, comenta sobre el expresidente Alberto Fernández.
La interventora no descarta -como lo hizo en 2023 cuando fue candidata a viceintendenta de la ciudad de Córdoba, en fórmula con Rodrigo de Loredo- participar nuevamente en algún equipo para comandar los destinos de la ciudad o la provincia mediterránea. Criticó a su vez, al “imperio del cordobesismo que quiere vapulear a las otras fuerzas políticas”.
“Mi meta para los próximos meses e hacer una buena tarea y el mejor informe de auditoría que pueda hacer. En la política de hoy nadie puede proyectar a largo plazo. No tengo una aspiración hoy de querer encabezar, quiero ser un peón más del tablero de ajedrez, quiero ser parte de un equipo que tenga valores y le dé a Córdoba otra mirada, son muchos años de un mismo gobierno y estilo de gobierno”, describe Soher El Sukaria.
Seguramente será importante en el armado del Pro en el calendario electoral futuro.